La lluvia no aguanta más

miércoles, 8 de agosto de 2007


Un cartel de helados se desploma en la esquina de José Miguel Carrera con Gorbea. El viento toma fuerza, sin importar imploración alguna, ni de carteles ni de nada. La lluvia y la ventisca conforman una furiosa sinergia, en busca de molestar a todo el hoyo santiaguino, con su Río Mapocho, Zanjón de la Aguada, Plaza de Armas, Paseo Ahumada y Barrio Universitario, como arquetipos del feísmo, consumismo sin fondo, estafas, conversaciones clasistas, de comidas fecales y rostros execrables. Hasta cierto punto, la lluvia sentía pena y lástima de los santiaguinos. Todos los años el plato se repite: el paso bajo nivel de Lo Ovalle inundado, Santa Rosa con Américo Vespucio lleno de personas arriba de carritos para cruzar la calle, el periodista con el agua hasta la cintura reporteando acerca de una inundación en las casas nuevas de Alto Jahuel. Sin sesgo, es fácilmente reconocible quiénes son los que más sufren con el agua: Los pobres. Pero ya basta, la lluvia no aguanta más. Los mismos pobres se la buscaron, para qué hablar de las altas esferas de la sociedad. La lluvia no es lo suficientemente indulgente con los semblantes maquillados con estupidez, egoísmo y poca empatía. Ejemplos de talantes necios o chilenos contemporáneos-como se les quiera decir- hay muchos, basta escudriñar el rostro del 80% de los chilenos que tienen tarjetas de crédito cuando le llegan las cuentas: la cara de desagrado es total, montan en cólera, golpean la mesa y en muchos casos agreden a los otros integrantes de la familia sólo por el enojo. Claro, cuando tienen que reclamar-damos por sentado que la cuenta fue una estafa-, no lo hacen. Tienen un pánico feroz al mundo, a las relaciones sociales (¿o animales?). El joven universitario, de prototipo barbón, con pelo un tanto largo atrás, de nariz respingada como una pista de snowboard de La Parva, que por cierto visitan todos los fin de semanas, luciendo al lunes siguiente su exclusivo tostado invernal; también llora cuando le llega la cuenta de la tarjetita de plástico, pero él siempre esta ahí, estoico sin dejar de lucir su inflada y exclusiva parka, invitando a los amigos a comerse un completo gigante en José Miguel Carrera con Gorbea, lugar donde se acaba de desplomar un cartel de helados.

Publicado por Juan Villagrán S. en 17:14  

3 comentarios:

jajajaja
juano ql
lei tu coso de la lluvia
ta bueno
me podriay invitar a uno de esos completos po..
reluciendo tu campera jajajaja
y tus bigotes rancios
dale vente para Bs As
donde no hay hoyo.. jajaja
ya juano ql
nos vemos
ciaoo

Anónimo dijo...
8 de agosto de 2007, 18:22  

WENA JUANMANUEL WN!, grax por agregarme a tu blog wn, pero "Welcome to amanithigor" no es el nombre, es una bienvenida xD, onda..

La casa se llama Amanithigor, y el casero soy yo, SlapFunk... esa es la idea xD, cachai?, xD, ajkhajhajha


weno filo


me gusto caleta tu wea, esta notable wn

voy a visitarla seguido..


y sabes algo, yo tengo otra opinion de la lluvia xD


para mi es paz xD, jahajhaj, es como, tiempo de tregua, lo notaras en los relatos donde llueve en mi blog, saludos



cuidese

SlapFunk dijo...
8 de agosto de 2007, 18:41  

O fui torpe al leer, o este fue un texto de lo más resentido. Jajajaja la portales te afectó.

Anónimo dijo...
3 de septiembre de 2007, 21:27  

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